Menéame 09: La Toma de la Bastilla Digital

Publicado el 1 de mayo del 2009

Desde el punto de vista sociológico (sociología 2.0), la revuelta popular que se está desarrollando en Menéame es espectacular. El Internet hispanohablante asiste con ojos incrédulos a lo que seguramente será la Toma de la Bastilla Digital, la primera auténtica revolución de una comunidad de usuarios en contra de ésta. Hay mucho que aprender: del mismo modo que la revolución francesa enseñó a nuestros políticos (y reyes) cómo no guiar una sociedad moderna, éste levantamiento consecuencia del conocido como «Ban-Day», o Día del Baneo, nos puede enseñar y nos ha enseñado ya, cómo se inicia una revuelta digital, quién puede capitanearla, por qué se desarrolla, qué fines persigue…

Menéame ha sido mucho más que un agregador. Ha sido la comunidad online más claramente definida y más íntimamente cohesionada de las que se han creado en el mundo hispanohablante. ¿Cómo puede una comunidad así rebelarse?

Todavía queda mucho por ver, pero estoy convencido de que cuando los vientos dejen de soplar sobre el elefantito rosado, mucha gente investigará alrededor de Menéame para descubrir los mecanismos que hacen explotar así una comunidad de usuarios.

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ACTUALIZACIÓN 14:57h:

Leo en el Blog de Enrique Dans lo siguiente:  «Varias personas me han pedido que escribiese sobre lo sucedido ayer en Menéame, pintándolo como una “revuelta de usuarios”, una “toma de La Bastilla digital” o algo así.» Aunque no estoy de acuerdo con su punto de vista (habrá que ver mañana las estadísticas de Menéame hoy), me honra que haya apuntado mi ‘nomenclatura’ del asunto, la ‘Toma de la Bastilla Digital’.

Creo sinceramente que lo ocurrido ayer, independientemente de las consecuencias para la página, es un evento importante. La Web 2.0 (como lo será la 3.0) es una red basada en comunidades. Y las ‘crisis 2.0’ tendrán que ser controladas por agencias y consultorías cuando se conviertan, muy pronto, en auténticos negocios de peso. Ahí radica la relevancia de lo ocurrido ayer.

El artículo de Enrique Dans aquí.

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