¿Qué le ocurre a la Web que conocíamos?
Publicado el 5 de noviembre del 2009La web, tal y como la conocíamos, parece que se está evaporando. Los recientes cierres de Soitu y de Geocities (dos servicios que aparecieron en momentos muy distantes, pero idénticos en el concepto de ‘producto gratis’) se unen a ADN.es, lanetro.com, lycos… Al mismo tiempo, los grandes medios de comunicación anuncian que van a empezar a cobrar por parte de los contenidos de sus periódicos digitales.
La razón de este cambio, el hilo conductor de todos estos sucesos, no lo sé yo, como no lo sabe nadie, pero se puede ir visualizando. Hay dos realidades que últimamente empiezan a tomar cuerpo, mal que nos pese. El fin del Internet anónimo, y el fin del Internet gratuíto. Estos dos conceptos han sido la base de lo que hoy es Internet, para lo bueno y para lo malo.
El Internet anónimo nos ha permitido mayor flexibilidad a la hora de movernos online y ha permitido un crecimiento de la web en dimensiones y en tecnología increíble. Pero eso se está terminando, gracias a nuestros queridos parlamentarios europeos. De permitir el seguimiento de los movimientos de los internautas, acabaremos en la obligación de acreditarnos electrónicamente para poder navegar. Este cambio supondrá un crecimiento más lento de la red y sus tecnologías.
El Internet gratuíto (noticias gratis, juegos gratis, descargas gratis, servicios gratis, y el infinito etcétera) también lleva las de desaparecer. Los negocios basados en publicidad que hacen dinero de verdad de ella (Google, Yahoo!, los servicios de afiliación, etc…) son poquísimos en relación con las dimensiones de la Web. Diarios de la envergadura de elmundo.es, no son rentables. Razones: ancho de banda, muchísimo personal para estar 24h con la última exclusiva, inversión en unas tecnologías que contínuamente evolucionan… Demasiados gastos para pagarlos con 5, 10, 20 o 150 anunciantes. El futuro es el Internet de los servicios, pero el de los servicios de pago. InfoJobs, Idealista, Rapidshare, Megavideo, etc, no son sólo portales web, sino que son auténticos negocios. El material que ofrecen gratuítamente es pagado (y bien pagado) por los anunciantes / interesados, o bien ofrecen lisa y llanamente un servicio de pago ( o bajo el concepto freemium, que viene a ser como las muestas gratuitas del TELVA).
Estoy a favor del Internet de pago, porque el Internet gratuíto se ha demostrado poco rentable, y donde no hay rentabilidad no hay inversión, ni de dinero ni de talento.
Y estoy radicalmente en contra del Internet ‘vigilado’. Creo que el Internet anónimo era una garantía de futuro para Internet. Que comprende peligros, como casi todo en esta vida, pero cuyos beneficios eran infinitamente mayores. Pero Bruselas lo tiene claro: Internet tiene que estar bajo control. Y mucho me temo que no podremos hacer nada.
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