Leo en 20minutos.es que 1 de cada 4 euros que gasta el Estado lo emplea para pagar salarios. ¡Más faltaría! Que le pregunten a cualquier empresario a qué dedica más presupuesto cada año; los costes laborales son de sabido los más altos que afronta prácticamente cualquier empresa. El problema que tiene el Estado puede que sea un exceso de funcionarios, pero nunca lo sabremos, porque ¿quién se atrevería a recortar ley-mediante un 10%, 20% o 25% de los empleados públicos? ¡Y a ver si el Estado no se hunde! Lo que sí podemos deducir es que la productividad de los funcionarios es muy, muy, muy baja. Y la causa no es precisamente que tengan un buen sueldo, o que se lo hayan subido aunque Zapatero prometiera congelarlo. Lo que hay que replantearse, en un país con nuestro nivel de paro, es el hecho de que un funcionario tenga el puesto garantizado. Esta medida podía tener sentido en otros tiempos, y puede seguir teniendolo para determinados cargos, como jueces, fiscales o altos funcionarios para los que esta medida implica un buen motivo para evitar la corrupción y el amiguismo. A día de hoy, puede que este concepto haya quedado totalmente obsoleto para el resto de funcionarios. ¿Debe el Estado garantizar el puesto ad vitam a los futuros empleados públicos?