Hay dos cosas en Internet que odio, y creo que odiamos todos: el primero son los anuncios (desconozco su nombre técnico) que ocupan toda la pantalla nada más acceder a la página, como el de la portada del mundo.es. Accedes a una página de una Web que trabaja a destajo para tener la última exclusiva y haces perder 5 segundos a cada visitante para buscar el botón de cierre, cerrar y esperar a que el bendito anuncio se cierre, que encima le cuesta lo suyo… Lo segundo son los SnapShots: esos cartelitos que a pasar por un enlace te dejan ver la página de destino. Siempre que me he encontrado con estos bichos infernales ha sido para odiarlos. A la velocidad a la que nos movemos hoy en Internet es más rentable hacer click en el enlace y volver atrás que ponerse a mirar en el micro-thumbnail la página a la que iríamos de hacer click. El problema es que entras en una web y te pones a leer. Y resulta que al mover un poco el ratón… ¡Zam! te empiezan a saltar los cuadraditos de SnapShots, hasta que arrinconas el puntero en una esquina para intentar leer a gusto la página. Y siempre que me encuentro con una de estas dos cosas, pienso ¡debería escribir un post sobre esta basura! Así que aquí está…